México social: jóvenes, adicciones y violencia

2014

México social: jóvenes, adicciones y violencia

Según datos oficiales, entre 2003 y 2012 han fallecido 31 mil 905 personas por trastornos mentales y del comportamiento por consumo de sustancias sicotrópicas

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México es un país en el que rápidamente están creciendo los índices de incidencia de adicciones —de todo tipo—, y con ello también se han incrementado los indicadores de morbilidad por consumo de sustancias adictivas, legales e ilegales, en todo el territorio nacional.

Debe destacarse que, según los datos de la Encuesta Nacional de Adicciones 2011, en el país se pueden identificar cuatro tendencias: a) en primer lugar se ha incrementado en todas las entidades federativas y el DF el uso y abuso de sustancias adictivas; b) de manera simultánea se ha reducido la edad en el inicio de consumo de sustancias; c) hay una transición en la incidencia de las sustancias de inicio y las de impacto: cada vez más se registra un mayor uso de cocaína y otras drogas sintéticas, y d) hay un acelerado incremento en el número de mujeres (y en particular las más jóvenes) que consumen sustancias adictivas.

En ese sentido es importante subrayar que hay dos fenómenos asociados al consumo de sustancias adictivas: en primer lugar, los profundos procesos de violencia que se han radicalizado en todo el territorio nacional, y en segundo término, también profundos procesos de depresión y desesperanza.

Ambos procesos tienen un impacto directo en las tendencias de mortalidad en el país, las cuales tienen expresiones territoriales diferenciadas que han llevado a una importante concentración de defunciones en algunas regiones, sobre todo en lo que se refiere a la violencia.

Un mundo de violencia

De acuerdo con los datos aportados por el informe 2012 del Sistema de Vigilancia Epidemiológica de las Adicciones (Sisvea), en un análisis de 21 entidades de la República se logró identificar que en el año 2009, en el cual se llevó a cabo el estudio, se contabilizaron 4 mil 652 defunciones asociadas a violencia en las que se acreditó el consumo de sustancias adictivas.

Destaca el hecho de que los mayores porcentajes se concentran en tres entidades: Chihua-hua, con 34%; Jalisco, con 21%, y el Distrito Federal, con 10%.

El informe 2012 del Sisvea también señala que, en lo relativo a los centros de atención a menores en conflicto con la ley, 24.3% de los hechos delictivos fueron cometidos bajo el influjo de alguna sustancia adictiva, es decir, una de cada cuatro acciones consideradas como delito, y que fueron cometidos por adolescentes, está vinculado al consumo de drogas, tanto lícitas como ilícitas.

Desde esta perspectiva es importante anotar que 68% de las y los adolescentes detenidos en los consejos tutelares afirma ser consumidor habitual de sustancias adictivas. En primer lugar está el consumo de mariguana, con 35%; en segundo término está el consumo habitual de alcohol, con 29.8%, y en tercer sitio el tabaco, con 27.3%.

Un tema derivado: prácticas delictivas

La Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (Envipe, 2013) incluye un capítulo de singular relevancia, en el que se consulta a la ciudadanía sobre las características más relevantes de quienes cometieron algún delito, en el que la o las víctimas estuvieron presentes.

En esa lógica, la Envipe, 2013, informa que en 2012 se cometieron 16.43 millones de delitos en los que las víctimas estuvieron presentes en el momento de llevarse a cabo la acción delictiva; destaca el hecho de que en uno de cada cuatro casos las víctimas pudieron percibir que él o los delincuentes estaban bajo el influjo de sustancias adictivas. Lo anterior significa, en números absolutos, un total de 4.23 millones de delitos en los que quienes los cometieron se encontraban aparentemente bajo el influjo de alguna droga.

El delito en el que en mayor medida se percibe el consumo de drogas por parte de los delincuentes es el robo o asalto en la calle o en unidades de transporte público, pues a escala nacional se reportan 2.23 millones de casos en los que las víctimas de algún asalto pudieron darse cuenta de que los las o los presuntos estaban bajo el influjo de alguna droga.

Depresión mortal

De acuerdo con María Elena Medina Mora, en México una de cada cinco personas ha vivido o vivirá procesos de depresión profunda en nuestro país. Desde su visión de experta, esta información revela que enfrentamos un reto enorme en lo que a la atención de las enfermedades mentales, pues no contamos todavía con un sistema de salud capaz de proporcionar servicios suficientes y de calidad para toda la población que lo requiere.

Es de hacerse notar que en los últimos años la información del Instituto Nacional de Estadística y Geografía nos muestra que hay un notable descenso en la mortalidad por trastornos mentales asociados al consumo de sustancias sicotrópicas.

En efecto, las estadísticas de mortalidad del instituto señalan que entre los años 2003 y 2012 han fallecido 31 mil 905 personas por trastornos mentales y del comportamiento debido al consumo de las mencionadas sustancias sicotrópicas. Es decir, hay un promedio de 3 mil 100 casos anuales, o bien un promedio diario de nueve decesos a lo largo de los últimos diez años.

A pesar de lo anterior, si se comparan los últimos cinco años con el quinquenio previo, lo que se encuentra es que el promedio de fallecimientos registrados entre los años 2008 y 2012 es de 2 mil 701 casos anuales, o bien un promedio diario de siete casos.

Otro dato a destacar es la enorme diferencia que se registra en la mortalidad por esta causa entre hombres y mujeres. En efecto, según los datos del INEGI, en los diez años señalados el número de fallecimientos de mujeres por la causa señalada es de 6.1% respecto del total; es decir, de los 31 mil 905 decesos por consumo de sustancias sicotrópicas, los fallecimientos de mujeres suman mil 975.

Lo anterior implica que en los diez años considerados en el análisis, el promedio anual es de 197 casos, o bien, un promedio de un caso cada dos días, lo cual contrasta con el promedio de ocho casos al día estimado para la población masculina.

La alerta: jóvenes en peligro

Como ya se señaló, las y los más jóvenes son las personas que en mayor medida enfrentan problemas de abuso y adicción respecto de las sustancias adictivas. Según los datos del informe 2012 del Sisvea, las mayores proporciones de mujeres y hombres que consumen alguna sustancia ya sea legal o ilegal, y que han sido atendidos por algún centro público o privado, se ubica entre los 15 y los 19 años de edad.

Así, uno de cada cinco hombres que consumen algún tipo de sustancia se ubica en ese rango de edad; mientras que, preocupantemente, una de cada tres mujeres que consumen alguna sustancia (predominantemente alcohol y tabaco) se encuentran en este segmento etario.

Entre los hombres, el grupo que mayormente consume sustancias adictivas se encuentra en el segmento de los mayores de 35 años, pues uno de cada tres consumidores se ubica en ese rango de edad.

Es preocupante también que una de cada cinco mujeres que consume alguna sustancia adictiva (nuevamente también mayoritariamente alcohol o tabaco) se ubica en el segmento de las menores de 15 años de edad.

CEIDAS

Este texto se elaboró con material del Centro de Estudios 

e Investigación en Desarrollo y Asistencia Social.

 

METODOLOGÍA

La selección de los indicadores para elaborar esta investigación se apegó a los siguientes criterios: 

1) provienen de fuentes oficiales o de organismos internacionales

2) son datos con representatividad nacional

3) son datos con rastreabilidad, con la misma 

metodología en los últimos diez años.

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