Cuando se tiene conciencia de que, a causa de una enfermedad terminal, se está acercando el final de la vida, la incertidumbre sobre el futuro de los seres queridos que se dejan atrás es una fuente de angustia que se suma a una situación ya de por sí muy dolorosa. En el caso de aquellas personas que conviven con animales y que no tienen familiares o amigos que se comprometan a cuidar de ellos, esta circunstancia suele suponer una gran carga emocional, en ocasiones no suficientemente reconocida.
Las investigaciones en este sentido han mostrado que muchas personas quieren dejar, tras su fallecimiento, garantizado el bienestar de sus animales. Así, en España cada vez más personas se informan sobre las posibilidades existentes de dejar a sus animales protegidos de forma legal.
Nacido en el año 2024 y basado en la experiencia de FEEL en el apoyo a personas en situación de vulnerabilidad, la asociación desarrolló este programa enfocado en aquellas que, aquejadas por una enfermedad grave o terminal, sufren por la incertidumbre del futuro de sus animales. El programa ‘Protege – Seguirá en familia’, que se está llevando a cabo también en 2025 con la colaboración de CoPPA, busca aportar sosiego y tranquilidad, así como reducir la angustia y el estrés asociados a uno de los momentos más delicados de la vida.
Los colectivos beneficiarios de la labor de FEEL son personas mayores, mujeres en situación de violencia y personas en situación de vulnerabilidad por circunstancias especiales. Todos ellos encuentran en la entidad el apoyo necesario para poder seguir atendiendo a sus animales de manera puntual o, en ocasiones, definitiva.
El objetivo de ‘Protege – Seguirá en familia’ es garantizar a la persona en situación terminal el bienestar de sus animales y la búsqueda de una familia de adopción adecuada para ellos.
Así, la entidad acoge a los animales en casas de acogida o en sus instalaciones, ofreciéndoles la atención veterinaria correspondiente, según la edad y estado de salud de cada animal. Posteriormente, FEEL les busca un nuevo hogar que satisfaga sus necesidades y, una vez adoptados, realiza un seguimiento hasta el fallecimiento del propio animal.
El caso de Pedro, aquejado de una grave leucemia, es esperanzador, ya que ha podido recuperarse y reencontrarse con su perro Jaro, que había sido atendido por FEEL en el marco del programa. En la imagen, un momento del reencuentro entre ambos.
El vínculo entre las personas y sus animales presenta muchas y muy variadas manifestaciones; sin embargo, se ve quizás en su máxima expresión en situaciones de vulnerabilidad para el ser humano, entre las que una enfermedad terminal es una de las más extremas.
Tal y como señala CoPPA en su informe ‘El vínculo humano-animal: realidad e implicaciones de la relación entre seres humanos y animales de compañía’: “El vínculo que se desarrolla entre cuidadores y animales de compañía puede llegar a ser tan fuerte, que a menudo las personas son capaces incluso de ponerse en peligro con tal de no separarse de sus compañeros o de evitarles daños. Este fenómeno, si bien podría ser protagonizado por cualquier persona que esté unida a su animal de compañía y atraviese alguna dificultad, ha sido ampliamente estudiado en poblaciones en situación de vulnerabilidad así como en el contexto de catástrofes naturales, lo que ha permitido comprobar que incluso en las condiciones más desfavorables, las personas tienen en cuenta a sus animales de compañía y tratan de buscar soluciones que los incluyan”.
Ver más en:
CoPPA (2020). El vínculo humano-animal: realidad e implicaciones de la relación entre seres humanos y animales de compañía (CoPPA D17-DMRC, 09/20). Coordinadora de Profesionales por la Prevención de Abusos (CoPPA).