
El Observatorio del Desarrollo Humano y la Vulnerabilidad de la Universidad Austral ha publicado un informe titulado "Panorama actual de la infancia en Argentina desde un enfoque de derechos". El documento vuelve a poner de relieve la necesidad urgente de promover modelos de crianza respetuosos y libres de violencia. A partir de datos recientes recogidos en hogares con niños y niñas de 1 a 14 años, el informe confirma que los castigos físicos y las agresiones verbales continúan presentes para disciplinar a las y los menores.
El estudio concluye de forma contundente que “la persistencia de agresiones verbales y castigos físicos, incluyendo formas severas, señala la necesidad de intervenciones educativas y políticas públicas que promuevan alternativas efectivas y respetuosas para la educación infantil”.
Según el informe, “el 35,4 % de los niños entre 1 y 14 años recibió castigo físico como método de disciplina”. Estos castigos incluyen desde golpes leves hasta formas más graves de violencia.
La proporción de menores sometidos a acciones violentas severas también es significativa. El estudio detalla que “el 6,6 % recibieron castigo severo: se los golpeó con un cinturón, una vara u otro objeto; les dieron una cachetada en la cara, los golpearon en la cabeza o les tiraron fuerte de las orejas; les dieron una paliza...”.
Si bien entre 2018 y 2024 bajó casi un tercio el uso de castigo físico en la primera infancia, este se mantuvo en niveles similares en el resto de las edades. Ahora el grupo más afectado son los niños varones de 6 a 10 años.
Desde el Observatorio advierten: “El maltrato infantil no solo afecta el bienestar inmediato de los niños, sino que incrementa significativamente el riesgo de problemas de salud mental, ideación suicida y dificultades en el desarrollo emocional y cognitivo”.
El informe también recoge la proporción de familias que optan por estrategias no violentas de disciplina. Según sus resultados, “el 30,6 % de los chicos consultados experimentaron métodos de corrección no violentos, como ser, se les quitó un privilegio; se les explicó el comportamiento erróneo; se les dio otra cosa que hacer”.
Sin embargo, estos métodos conviven frecuentemente con prácticas violentas. De hecho, el documento señala que “el 59,4 % recibieron cualquier método de castigo”, lo que indica que la disciplina en muchos hogares combina diferentes estrategias, incluidas las físicamente coercitivas.
Los datos del Observatorio del Desarrollo Humano y la Vulnerabilidad ponen de manifiesto la necesidad de reforzar políticas públicas de prevención, así como programas de apoyo a la crianza que proporcionen herramientas eficaces y respetuosas para la educación de niños y niñas.
Este informe vuelve a subrayar la urgencia de avanzar hacia una legislación específica que implique la erradicación del castigo físico y de cualquier forma de violencia en la crianza, promoviendo modelos basados en el respeto, el acompañamiento y la educación positiva.
Informe completo: Panorama actual de la infancia en Argentina desde un enfoque de derechos