Implicaciones del abuso sexual de animales: agresiones hacia humanos, delincuencia sexual y peligrosidad destacada

2016

Esteve, M.H. (2014). Coordinadora de Profesionales por la Prevención de Abusos (CoPPA). VMN.40/2014 (act.12/2016)

El abuso sexual de animales, en ocasiones denominado bestialismo, consiste en el asalto sexual de animales por parte de humanos con la finalidad de obtener o producir gratificación sexual, pudiendo incluir la masturbación, penetración, caricias eróticas, contactos oralgenitales, penetración con objetos, mutilación sexual, tortura física o psicológica erotizada, maltrato ejercido en la producción de material pornográfico o fetichista (incluyendo las hard crush movies, en las que los animales suelen ser eviscerados) e, incluso, el asalto sexual a animales por personas que han sido forzadas a perpetrar estos actos. El abuso sexual de animales puede implicar a un gran número de especies, tanto domésticas como salvajes.

Según un análisis reciente de la literatura empírica (Beetz, 2008), en la actualidad, las víctimas más frecuentes son los perros y los caballos, existiendo también varios estudios que documentan el uso de conejos y aves de corral, especialmente en casos de abuso sexual sádico (zoosadismo). Contrariamente a la idea popular que concibe a los perpetradores de estos actos como personas con poco acceso a oportunidades para relacionarse sexualmente con humanos, los individuos que incurren en el bestialismo también suelen mantener relaciones sexuales con humanos (Williams & Weinberg, 2003; Miletski, 2002; Beetz, 2002).

Informe: Implicaciones del abuso sexual de animales: agresiones hacia humanos, delincuencia sexual y peligrosidad destacada

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