
El informe When Numbers Demand Action incluye por primera vez estimaciones globales y regionales sobre la magnitud de la violencia sexual contra niñas, niños y adolescentes. Las cifras son estremecedoras:
Las cifras se basan en información recopilada entre 2010 y 2022 en 120 países que, en conjunto, representan más del 80% de la población infantil mundial. Aun así, la organización advierte de que las cifras reales podrían ser mayores debido a la a la falta de datos actualizados: cuatro de cada diez países carecen de datos nacionales sobre violencia sexual hacia las niñas, y solo uno de cada seis tiene información sobre los niños.
“Cuando las víctimas se cuentan, dejan de ser invisibles, y la promesa de protección se convierte en una posibilidad real”, señala el informe, que insta a los Estados a tomar medidas urgentes y sostenidas para poner fin a esta violación masiva de derechos humanos.
En la región latinoamericana y caribeña, la violencia sexual en la infancia sigue siendo una realidad persistente y, en muchos casos, silenciada. Alrededor del 15% de las mujeres adultas reportaron haber sufrido violación o agresión sexual antes de cumplir los 18 años.
Aunque algunos países han mejorado la recolección de datos mediante encuestas nacionales y estudios de victimización, sólo la mitad de los países de la región cuenta con información comparable y representativa, y la mayoría de los registros oficiales no distingue entre tipos de violencia ni edades de las víctimas.
El análisis de más de 60 países revela que ocho de cada diez jóvenes mujeres que sufrieron violencia sexual durante su infancia la padecieron entre los 14 y los 17 años. En el caso de los varones, siete de cada diez la experimentaron en ese mismo periodo vital.
En la mayoría de los casos, los perpetradores no son desconocidos, sino personas cercanas: familiares, parejas, docentes o amigos. Sin embargo, siete de cada diez niñas que fueron abusadas nunca lo contaron a nadie, y solo el 1% buscó ayuda profesional.
UNICEF llama a reconocer la violencia sexual contra la niñez como una emergencia mundial y regional, y actuar de manera coordinada. Sus recomendaciones incluyen: