8M 2025: Desafíos y Oportunidades

2025
Tres expertas en ámbitos relacionados con el feminismo, miembros de CoPPA, nos cuentan cómo afrontan el 8M en este convulso 2025 desde sus respectivos países: Colombia, Costa Rica y España.

En un contexto global complejo, en el que compartimos preocupación y alarma por los retrocesos en materia de Derechos Humanos, los conflictos bélicos y la crisis ecológica, hemos querido consultar a algunas de nuestras expertas en diferentes países del mundo cómo afrontan el 8M. ¿Cuáles son para ellas los retos y cuáles las oportunidades de la situación actual?

Desafíos: la motosierra, los conflictos bélicos, los discursos antifeministas, el reconocimiento de los cuidados

Mirta González Suarez, miembro de nuestro alto consejo, es catedrática, escritora y un referente en el ámbito del feminismo en Costa Rica. “¿Cómo plantear la necesidad de desarrollarnos plenamente cuando desde el poder se “naturaliza” la agresión machista y la guerra?”, se pregunta González. “La motosierra es el símbolo del corte de las políticas públicas estatales, únicas garantes de la participación ciudadana y la capacidad para decidir de forma autónoma, así como del acceso a la salud, la educación, el trabajo justo y equitativo y la protección frente a la violencia de género”.

Gladys Ariza Sosa, Profesora en la Universidad de Antioquía e investigadora, cree que estamos ante retrocesos cuyo origen se remonta a la pandemia. “Los principales desafíos del feminismo actual se encuentran en las pérdidas de logros y los retrasos en igualdad de género que ocurrieron por la pandemia del COVID-19, y que todavía no se han recuperado”, señala Ariza.

Igualmente, el auge que están teniendo los neoconservadurismos y los neoliberalismos, con todas estas posturas retrógradas respecto a la equidad de género que observamos en múltiples países en todo el globo terráqueo. Las guerras, así como los conflictos internos de países como Colombia, también representan un desafío porque en estos contextos bélicos, las mujeres son tomadas como botín de guerra y se expresan toda una serie de violencias sexuales que producen consecuencias a todo nivel: social, psicológico, laboral, económico, educativo y político, por mencionar sólo algunos”, añade la experta colombiana en salud pública.

Para la abogada Soledad Monserrat, ejerciente en Barcelona y con experiencia como asesora jurídica en servicios de información y atención a las mujeres, el 8 de marzo es una fecha importante en la que conmemorar las luchas por los derechos de las mujeres. “En el siglo XX el feminismo ha logrado conquistas importantísimas como el derecho al voto, el acceso a la educación, oportunidades laborales, derechos reproductivos y mayor participación política. Las mujeres han salido a las calles para luchar por sus derechos, movimientos como el M8, ‘Ni una menos’, han generado impacto a nivel mundial”.

Pero Monserrat también alerta de retrocesos que tratan de frenar los logros feministas: “Si bien, cada vez son más los países que aprueban leyes que protegen los derechos de las mujeres, como licencias de paternidad para equilibrar los cuidados, leyes de paridad de género o sanciones contra la violencia de género, sigue habiendo resistencias; han crecido los movimientos antifeministas, promoviendo discursos que buscan desacreditar o frenar los avances feministas, en especial en redes sociales y en el ámbito político”, explica la abogada.

Aún quedan grandes desafíos pendientes: la violencia contra las mujeres se ha complejizado y los feminicidios sigue siendo un problema global; las mujeres aún ganan menos que los hombres por el mismo trabajo y tienen menor acceso a puestos de liderazgo; la precarización laboral y la falta de conciliación entre trabajo y vida personal afectan especialmente a las mujeres; así como la limitación en la salud sexual y reproductiva de las mujeres afecta la autonomía sobre sus cuerpos. Uno de los grandes desafíos es conseguir el reconocimiento de los cuidados que sostienen la vida como un derecho colectivo y una responsabilidad social para garantizar la igualdad”, manifiesta Monserrat.

Desde el feminismo es imperioso frenar las acciones anti-Estado cuyo fin es desmantelar los derechos de las mujeres”, añade Mirta González.

Oportunidades: Derechos, redes, solidaridad e interseccionalidad

“Ante la prepotencia, optamos por la solidaridad y la unión, con reconocimiento de las diferencias”, dice González. “El mundo digital es una oportunidad para establecer lazos, aunque también la manipulación produce aislamiento y soledad. Es tiempo de revitalizar los observatorios y las acciones conjuntas que rompan con los mecanismos opresivos que buscan el sometimiento de las voces solidarias”.

La interseccionalidad es una de las claves para Soledad Monserrat: “Actualmente, el movimiento feminista tiene la oportunidad de fortalecerse al unir fuerzas con movimientos ecologistas, animalistas, antirracistas, de derechos LGBTQ+, laborales y de justicia social, para crear cambios estructurales más amplios”, manifiesta la abogada.

Tejer conexiones es, también para Gladys Ariza, esencial: “Las oportunidades se encuentran en el uso de las redes y las TIC para poder enfrentar todas estas problemáticas, acudiendo a instituciones internacionales garantes de los derechos humanos de forma global. También es posible promover la innovación social para encontrar formas mejores o nuevas que garanticen los derechos humanos de las mujeres y las niñas, su bienestar, en suma: vidas felices, plenas, sin restricciones patriarcales y libres de violencias”, añade.

La motosierra es una brutal amenaza, pero nuestra fortaleza erige como defensa la profundización de los derechos y la paz”, concluye González.

 

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