Valoración médico legal del maltrato físico sobre el anciano en el contexto intrafamiliar.

2014

C. Octubre, 2014.

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Autores: Aurora Adam Morell y Ferando Alejo Verdú Pascual.

Publicado por la Gaceta internacional de ciencias forenses.

Edición a cargo de la Unidad Docente de Medicina Legal de la Universidad de Valencia.
Resumen
La violencia intrafamiliar es una de las más frecuentes en todas las sociedades, siendo el hogar uno de los contextos más favorables para el estallido de la agresividad.
Aunque existen formas de violencia intrafamiliar intensamente denunciadas y perseguidas por nuestra legislación, los ancianos siguen siendo los más olvidados en este problema. Su protección, que en muchos casos es absolutamente necesaria por la frecuente vulnerabilidad que sufren debido a enfermedades o por el propio paso del tiempo, sigue adoleciendo de ineficacia. Dentro de esta violencia, se pueden observar múltiples formas, siendo el maltrato físico una de las más importantes.
Desde el contexto médico legal se debe destacar la importancia de la detección del problema, con una minuciosa descripción de las lesiones, siendo tan importante en la realización del parte de lesiones como en la elaboración del informe pericial. En este trabajo se repasan los aspectos más importantes a destacar de la intervención médica y pericial en estos casos de maltrato físico a ancianos.
Conclusiones

El abuso sobre el anciano es uno de los principales problemas de nuestra sociedad actual y uno de los menos  estudiados, a diferencia de otras formas de violencia intrafamiliar.

En este caso existe una gran carencia de datos que den una idea del alcance real del problema, algo que no sucede con otros tipos de violencia intrafamiliar, como la violencia de género o el maltrato infantil, en los que es sabido que existe una cifra oculta de casos, pero sí se manejan estadísticas oficiales de denuncias y de condenas. Ello se debe a que, en nuestro país, existen recursos judiciales dedicados concretamente a estos episodios, como los juzgados de violencia de género o de menores, así como observatorios nacionales que estudian estos delitos de forma exclusiva.

Sin embargo, los recursos son escasos en el caso de la violencia hacia los ancianos. Teniendo en cuenta, por un lado, que es un fenómeno de iceberg, con una importantísima cifra oculta, y por otro, que posee la misma característica que la violencia de género, en cuanto a su tendencia a mantenerse en lo íntimo, que llevó a plantearse la adopción de medidas integrales en su contra, cabe preguntarse si, por tanto, no debería seguir el mismo camino, recibiendo la necesaria atención y recursos para su combate.

Es conocido que se están empezando a probar algunos protocolos para la detección del maltrato en personas mayores en el ámbito sanitario, por ejemplo, en el País Vasco se está probando un nuevo protocolo desde mayo de este mismo año.

También es conocida la importancia de los apoyos sociales e institucionales en relación con los abusos sobre los ancianos, de forma que pueden convertirse en un factor protector ante estas situaciones.

Sin embargo, no puede olvidarse que nos encontramos muy lejos de conseguir afrontar el problema adecuadamente para poder atajarlo, pues las armas de las que disponemos hoy en día son escasas.

Desde el ámbito médico es imprescindible que mejore la formación para ayudar a detectar el problema y ponerlo en conocimiento de las autoridades pertinentes, así como para la valoración del mismo a posteriori.

En este sentido, la correcta realización del parte de lesiones es un elemento necesario para afrontar este tipo de violencia, pues es fundamental detectarlo y sacarlo de su coerción en el contexto intrafamiliar, llevándolo a un ámbito público, aunque la propia víctima se niegue a ello. Sin este precepto es muy difícil conseguir la protección del anciano maltratado.

El informe pericial no tiene menos importancia para afrontar la violencia contra el anciano, ya que de una correcta valoración, tanto de la víctima como del agresor, podrán extraerse conclusiones sobre los factores de riesgo que condicionan esta violencia, así como de las consecuencias que tiene, ayudando, así, a la Justicia a afrontar este reto.

Finalmente, es preciso reclamar la necesaria intervención de las autoridades gubernamentales en esta problemática, pues se prevé necesaria una mejor legislación sobre este problema, así como la dotación de recursos a los profesionales que se enfrentan al problema a diario. También la creación de cuerpos o instituciones que estudien sistemáticamente este tipo de violencia y puedan aportar datos más realistas sobre el verdadero alcance de la misma.
No hay que olvidar que puede considerarse que una forma de maltrato al anciano es el institucional, viéndose desprotegidos por las mismas autoridades que deberían protegerles. No se debe permitir que la pasividad de toda la sociedad ante este problema sea un elemento principal para su perpetuación y agravamiento.
Enlace al texto completo: http://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=4779375

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