Este 14 de noviembre de 2023 se ha presentado en Madrid 'Ojo al dato': una investigación sobre las mujeres con discapacidad víctimas de violencia de género, realizada como parte del proyecto 'Mujeres en Modo ON VG', de Inserta Empleo y la Fundación Once.
Más de 1500 mujeres con discapacidad víctimas de Violencia de Género han participado en el estudio mediante encuestas y entrevistas, una muestra que triplica la de las mujeres con discapacidad participantes de la Macroencuesta de violencia contra la mujer 2019, del Ministerio de Igualdad, que ha sido usada para contrastar los datos recabados.
Que las mujeres con discapacidad son más susceptibles de sufrir violencia de género es algo que ya venían indicando numerosos estudios, pero en España faltaban datos que contextualizaran mejor esta situación y ofrecieran matices al respecto:
Como explican desde la coordinación del estudio, la discapacidad es una herramienta del maltratador para la discriminación y la vejación, que merma la autoestima de la víctima haciéndole creer que no es digna de amor o compañía debido a sus limitaciones.
Además, la discapacidad añade un especial miedo de la víctima ante una denuncia o ruptura de la relación con el abusador, pues en caso de haber hijos podrían enfrentarse a un dictamen que las considerara incapacitadas para su atención y cuidado.
En casos donde la discapacidad es congénita, desde el nacimiento, probablemente las mujeres con discapacidad ya hayan sufrido otras formas de acoso, como bullying, lo que afecta todavía más a la autoestima cuando se enfrentan a la violencia de género.
En relación con esto, la normalización de la violencia puede impedir la autoconsciencia de que alguien está ejerciendo violencia de género hacia ellas, lo que es uno de los obstáculos que se encuentran a la hora de denunciar. Otros obstáculos son el miedo a las represalias y la dificultad de acceso a los servicios de ayuda. Y cuando la violencia es de tipo psicológico aún es más complicada de detectar, tanto por la víctima como por su entorno, debido a la ausencia de pruebas físicas y porque el abusador suele comportarse con muestras de cuidado, calidez y protección en público.
La violencia psicológica se establece mediante dos estrategias: la violencia de control – exigir saber qué hace la víctima, dónde está, cuándo llegará casa, etc.– y la violencia emocional, orientada al desprecio –decirle que ella no vale para nada, no sirve para nada, no sería nada de ella sin el agresor...
La disminución de la autoestima es una consecuencia frecuente de la violencia de género psicológica, y todavía más si se trata de mujeres con discapacidad. Puesto a que el acceso al mercado laboral es complicado para ellas, también es más fácil que queden aisladas con sus agresores, por falta de recursos económicos y ausencia de redes sociales de apoyo.
Por esto el trabajo de Inserta Empleo y la Fundación Once es tan importante, y los resultados de este estudio lo muestran todavía más.
Vídeo de la presentación de los resultados del estudio 'Ojo al dato'
Enlace al estudio 'Ojo al dato'
