8M: Patriarcado, salud mental y resiliencia

2024

Patriarcado: sistema de estructuras sociales mediante el cual los hombres dominan, oprimen y explotan a las mujeres. – Sylvia Walby

La histórica división sexual del trabajo, la imposición de los roles de género y la percepción de superioridad de los atributos típicamente asociados con lo masculino han sido usados para legitimar la inferioridad de las mujeres, y han llevado a perpetuar el papel dominante del hombre en la sociedad.

El sistema patriarcal afecta tanto a nivel personal como estructural, determina dinámicas en las relaciones personales y familiares, así como en las relaciones con el estado e instituciones culturales: religión, medios de comunicación, sistema educativo.

Precisamente, la educación en los roles de género –llevada a cabo por la familia, la escuela, y la sociedad en general– tiende a imponer normas según las cuales se enseña a las niñas a ser sumisas y obedientes, y a los niños a ser fuertes y decididos, y castiga desviaciones en el comportamiento en ambos sentidos. El encorsetamiento que fomentan los roles de género crea un ambiente de opresión que daña a las mujeres, física y mentalmente (aunque no solo a ellas, y es que el patriarcado también perjudica a los hombres, por la presión a mostrar “masculinidad”, lo que entre otras cosas les puede dificultar pedir ayuda cuando la necesitan).

Deconstruir las ideas patriarcales puede ser un factor clave en la mejora de la salud mental de las mujeres

Según Gupta et al. (2023), los individuos que se resisten a encajar en estos roles socialmente impuestos se enfrentan a la alienación y el rechazo, y sufren más riesgo de violencia sexual. Por otro lado, y como desde hace años defienden en la Asociación Mujeres para la Salud (AMS), con la que CoPPA colabora, muchas mujeres que llevan toda su vida esforzándose por encajar en estos roles experimentan todo tipo de malestares, a los que AMS denomina “malestares de género”.

Deconstruir las ideas patriarcales puede ser un factor clave en la mejora de la salud mental de las mujeres. Así lo creemos desde CoPPA, y nos lo reafirma un testimonio en primera persona de una mujer (a quién llamaremos E.E., por respeto a su anonimato) que se benefició de una de las becas de CoPPA destinadas a facilitar el acceso al proceso terapéutico especializado en “malestares de género” ideado por AMS, llamado “Psicoterapia de Equidad Feminista”.

El taller que actualmente estoy haciendo con Edurne (AMS Mujeres para la salud), me está abriendo la mirada de entender muchas cosas por las que me hacía daño psicológico y físico (salud). En muchos casos, por no decir que en la mayoría, están cargados de una culpabilidad que ahora empiezo a comprender que no sólo dependían de mí, sino de muchos patrones sociales impuestos por el patriarcado o por mi familia, que acepté como propios y que me generaban y aún me generan mucha dualidad y autodestrucción. – E.E. (Beneficiaria de la beca de CoPPA para el proceso psicoterapéutico de AMS).

Pero los beneficios del proceso no se quedan solo en lo estrictamente psicológico, sino que gracias a la parte de terapia grupal se pone de relieve la importancia del sostén comunitario y el apoyo mutuo:

Estoy muy agradecida de tener la oportunidad de estar en este taller y de estar compartiendo con otras mujeres maravillosas que me están enseñando mucho. Confieso que de entrada dudaba de que hacer la terapia de manera conjunta, y no individualizada, fuera realmente beneficioso. Nada más lejos de la realidad, el compartir con ellas me hace verme y ver a otras personas más humanas, además de que ellas son un ejemplo de fortaleza a seguir, todo un lujo el compartirnos. 

Las psicólogas (tanto Rosa en su momento, como Edurne ahora) nos están ayudando a comprender y redirigir los pensamientos desde y hacia otro lugar más compasivo y respetuoso con nosotras mismas. Me ayuda a comprender también que lo que me pasa a mí no es exclusivo mío, sino que muchas cosas son aspectos dolorosos y dañinos que se repiten en un porcentaje demasiado alto en muchas mujeres. Es una sorpresa el ver cómo mujeres tan distintas vivimos situaciones tan similares, ver cómo nos castigamos, culpamos y hacemos daño de maneras tan similares en muchos casos. 

Otra entidad que fomenta el apoyo mutuo entre mujeres es Hèlia, con un proyecto que invitamos a descubrir. “Veïnes per veïnes” (Vecinas por vecinas) es una iniciativa que une a mujeres en situaciones o procesos de violencia machista con mujeres voluntarias que les brindan acompañamiento. 

El altruismo favorece la capacidad de resiliencia, y la resiliencia es clave para la superación

Nos parece de especial interés resaltar que algunas de las voluntarias de Hèlia cuentan que ellas mismas sufrieron algún tipo de violencia en el pasado, y que formar parte del proyecto les ha ayudado a sanar. Y es que el altruismo es un factor (entre muchos otros, como el apoyo psicológico del que hablábamos antes) que favorece la capacidad de resiliencia. Tanto si se trata de actos altruistas en general como de altruismo entre mujeres victimizadas, estudios han demostrado que resulta beneficioso para la resiliencia, y la resiliencia es clave para la superación

Sin olvidar que parte del motivo de la existencia de estas maravillosas asociaciones es la falta de recursos públicos disponibles para mujeres, podemos sentirnos orgullosas del tejido profesional, social y comunitario que entre nosotras llevamos años construyendo y fortaleciendo.

Solo esperamos que cada 8M haya menos mujeres victimizadas, y muchas más historias de superación por contar.

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